El día de hoy en el ejido Santa Rita del municipio de San Fernando, Tamaulipas, una mina antipersonal, conocida como “narcomina”, explotó en un camino rural, causando la muerte de dos hombres y dejando a una mujer herida. Estas son las primeras víctimas mortales registradas por este tipo de artefactos en las zonas rurales de al menos cuatro municipios de la frontera norte de Tamaulipas.
En días previos, se reportaron otras explosiones en la región: un vehículo de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) sufrió daños al pasar por una brecha donde se encontraba una mina, y en incidentes separados, un automóvil y un tractor también fueron afectados por detonaciones similares. Las autoridades han alertado sobre el uso de estos explosivos por parte de grupos delictivos en caminos rurales, representando un grave peligro para la población.
Hace una semana, la Vocería de Seguridad emitió una alerta sobre la presencia de narcominas en la región, a la cual se sumó el consulado de Estados Unidos, que otorgó el nivel 4 de peligrosidad, el más alto, para que sus ciudadanos eviten visitar la zona. Actualmente, se lleva a cabo un operativo de búsqueda y desactivación de estos artefactos, con la participación de elementos de la Fiscalía General de la República, el Ejército y la Guardia Nacional, apoyados por binomios caninos.
La utilización de minas y explosivos lanzados desde drones por parte de grupos criminales ha incrementado en los últimos tres años en México, especialmente en estados como Michoacán y Tamaulipas, elevando el nivel de violencia y representando una nueva amenaza para la seguridad pública.
Este tipo de ataques no solo pone en riesgo a las fuerzas de seguridad, sino también a la población civil que transita por las áreas afectadas. Las autoridades instan a la ciudadanía a extremar precauciones y reportar cualquier actividad sospechosa en caminos rurales.
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